Fecha: 09 diciembre 2021 10:55
Cuando logramos tener las necesidades básicas resueltas, nuestros conflictos son de relación.
Relación con la familia, con la pareja, con los compañeros de trabajo, con el kiosquero, con todo el entorno.
Es que las relaciones son un motor evolutivo, podemos ver reflejado en ellas todas nuestras heridas, nuestros deseos frustrados, nuestras necesidades no resueltas de la infancia.
Aquello que no hayamos recibido de mamá y papá saldremos a buscarlo en nuestras relaciones, aquel modelo que copiamos en nuestra familia, será el que reproduciremos una y otra vez en nuestros vínculos.
Las relaciones nos muestran nuestras sombras, nuestros dolores profundos, inconscientes, aquellos qué esperan ser reconocidos, aceptados y transmutados.
La mayor parte del tiempo nos condicionamos, tenemos miedo de mostrarnos como somos, nos limitamos por miedo al rechazo, al abandono, al menosprecio.
Así es que no expresamos realmente lo que sentimos, que no hacemos realmente lo que queremos, moldeamos nuestro comportamiento a lo que creemos que debe ser, buscando cumplir expectativas ajenas, inconscientemente las de mamá y papá.
Nos desalineamos de nosotros mismos y esa demanda energética de aparentar algo que no es resulta insostenible, nos enfermamos.
Cuando empezamos a observar y reconocer todo lo que reprimimos y nos permitimos ser, aceptarnos y mostrarnos cómo somos, vamos dejando caer todas esas caretas, esos muros que fuimos construyendo para protegernos, para recibir ese amor y reconocimiento anhelado y recién ahí podemos comenzar a vincularnos desde nuestras almas, perfectas, desnudas, genuinas, crear conexiones profundas, fusión verdadera.
Cuando podemos mostrarnos tal cual somos, decir lo que pensamos, hacer lo que sentimos, aceptarnos en total unidad, recién en ese momento el otro también podrá aceptarme y amarme en total unidad.
Mientras me fragmente, rechace y esconda un aspecto mío, también sentiré el rechazo del otro.
Las relaciones nos ayudan a sanar, a evolucionar, a tomar conciencia de que como adultos somos responsables de darnos todo aquello que sino saldremos a buscar afuera