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Fecha: 22 diciembre 2021 13:09

Abrí las manos


Las relaciones nos permiten conocernos y transformarnos.
Es habitual escuchar personas que en pareja se sienten solas, que maternan a sus compañer@s, que sostienen el vínculo a costa de anular sus propias necesidades, que se diluyen en la relación cediendo espacios, gustos o actividades.
Es habitual escuchar personas que no se sienten valoradas por sus parejas, que sienten dar mucho más de lo que reciben, que aguantan situaciones incómodas e insatisfactorias.
Muchas veces, en un intento inconsciente de sentirnos acompañad@s, amad@s, aceptad@s, vamos silenciando nuestra propia voz, vamos adaptando nuestros pensamientos y conductas para justificar aquello que no nos da felicidad, que en realidad no encaja.
Muchas veces por el miedo a la soledad o por la falta de autoestima y confianza, creemos que es mejor “malo conocido que bueno por conocer”, que es preferible tener la mano ocupada con cualquier cosa antes que el vacío.
Ese maravilloso vacío que nos esmeramos por tapar con alguien, es la perfecta incertidumbre de no saber lo que va a pasar, es la oportunidad de abrir la mano y soltar el control, fluir, confiar, entregarse, surfear, conectar con la energía femenina, pasiva y receptiva, con la energía creadora del universo.
Descubrir lo fácil, armonioso, alineado, divertido y asombroso que puede ser el viaje, que también es posible disfrutarlo.
Lo mismo sucede con las relaciones.
Permitirnos habitar el vacío y su poder infinito de creación, para poder vincularnos desde un lugar de elección y no de necesidad, para dejar de forzar lo que no encaja, para dejar de resistir y entregarnos a una profunda conexión, sincera, perfecta, total, expansiva, donde la autovaloración, autoaceptación y autocuidado se transforma también en una valoración y aceptación total de lo que el otr@ es, con sus luces y sombras, en el cuidado respetuoso de esa oportunidad única de evolución.
Cuando no es, en el fondo lo sabes…cuando es, también.
Tal vez solo se trate de confiar más en nuestro corazón.
Como leí por ahí, no hay parejas felices, sino personas felices que hacen pareja.

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